Los estilistas de televisión son los responsables de la imagen de los presentadores, actores y colaboradores que salen en antena. Porque en la pequeña pantalla nada se deja al azar.

Thais Villas lleva vestido de Amaya Arzuaga y zapatos de Christian Louboutin. El Gran Wyoming, look total de Man 1924 y reloj de Tag Heuer.

Foto: Germán Saiz

Su trabajo no solo consiste en escoger y poner ropa. Los estilistas de televisión crean la imagen de profesionales que se enfrentan diariamente a millones de espectadores y, con sus elecciones, se encargan de dar credibilidad a la labor del periodista, del presentador o del actor. Su oficio, desconocido para el gran público, es igual de imprescindible que el de un cámara o el de un guionista: todos contribuyen a que el resultado del programa sea (o no) redondo. A la hora de determinar el look de los integrantes de un proyecto son muchos los factores que intervienen y muchas las voces a las que hay que escuchar. Generalmente, productor y director marcan y definen el lenguaje estético en función del contenido o la actualidad en cada espacio. Bajo estas premisas trabajan los estilistas que aparecen en este reportaje y que representan cuatro formatos muy diferentes (actualidad con humor, serie de ficción, deportivo y magacín matinal). Ellos nos explican cuáles son los entresijos de su actividad diaria.

El intermedio. Ángel Lora: «Al principio el equipo vestía de uniforme» 

Tras 10 años de profesión en el mundo de la moda (comenzó como diseñador en Zara Kids), Ángel Lora es actualmente el responsable de estilismo de El intermedio. El exitoso programa de La Sexta, que se emite de lunes a jueves en horario de máxima audiencia, tiene una competencia feroz y también unos presentadores con una estética muy definida. «A lo largo de los más de 1.000 programas que se han emitido, el look del equipo ha evolucionado mucho. Aunque la audiencia suele olvidarse de ello, al principio todos iban de uniforme y Wyoming ¡ni siquiera llevaba tirantes!».

Con el paso del tiempo, cada integrante ha ido adquiriendo una personalidad mucho más marcada. Es el caso de Thais Villas. «Representa a una curranta estilosa que sigue las tendencias de moda. Para ella elijo la ropa pensando en su fisonomía, me gusta que todo le quede como un guante. Thais confía plenamente en nosotros, pero, por supuesto, tenemos en cuenta su opinión», comenta Lora. Además, ante la cámara, no todo vale. «Mejor evitar el blanco nuclear y las rayas. Y también los estampados porque pueden provocar moaré».

El día a día del estilista y de sus ayudantes es un ir y venir: «Empezamos haciendoshopping por los diferentes showrooms con los que trabajamos. Elegimos las marcas pensando específicamente en cada miembro del equipo y en lo que representa. Luego, volvemos a la tele y preparamos la ropa que llevarán en el directo y también la del día siguiente. Tenemos en cuenta, además, si los reporteros van a hacer alguna salida a la calle o si hay un reportaje que va a exigir alguna indumentaria específica».

Lora es también responsable de la imagen de otros conductores de La Sexta. «Las diferencias entre el estilismo de un programa de entretenimiento y uno de noticias se han estrechado mucho en los últimos años. Ya no se distingue tanto. Aun así, siempre se intenta que los presentadores de informativos tengan un look más sobrio, que proyecte seriedad».

David Carnicero lleva camisa de Levi’s y pantalón de Energie. Álvaro, look total de COS.

Foto: Germán Saiz

Generación NBA.

Álvaro Ruiz: «Canal + es sinónimo de una imagen cuidada y cosmopolita»

Psicólogo de formación, aterrizó en el mundo del estilismo casi por casualidad. «Empecé a trabajar en tiendas como Antonio Miró o Ralph Lauren para sacarme un dinerito extra mientras estudiaba y de pronto descubrí que me encantaba la moda, sobre todo la de hombre». Ya ha pasado por los tres grandes pilares de la televisión: informativos, programas y ficción. «Cada producción es muy diferente y supone una aventura distinta. Aunque en las series hay más campo para la imaginación».

Ahora trabaja en Canal +, «una isla privilegiada en el mundo de la pequeña pantalla desde el punto de vista del contenido y con una imagen cuidada, vanguardista y cosmopolita». Para crear el estilo de un programa en este canal, Álvaro debe reunirse con varios departamentos. «Por un lado, con el de Comunicación e Imagen y, por otro, con el de Arte y Escenografía. Ellos nos transmiten qué quieren y a partir de ahí empezamos a elaborar la idea del vestuario y a trabajarla conjuntamente con el presentador. Canal + sabe muy bien qué imagen quiere proyectar: busca looks limpios y sobrios, en los que la paleta de color se limita casi exclusivamente a los grises, el blanco y el negro».

Pero Generación NBA es una pequeña excepción dentro de la filosofía de la cadena y eso ha supuesto todo un reto para el estilista. «La escenografía es más informal, el plató representa una cancha de baloncesto. Esto nos ha dado mayor libertad a la hora de vestir al presentador y tenemos menos restricciones en los colores y tonos que podemos utilizar. Usamos camisas de cuadros, sudaderas, vaqueros y zapatillas de deporte. Siempre buscando el equilibrio entre los códigos estéticos de Canal +, la propia personalidad del conductor y el contenido del programa».

Reconoce que las series estadounidenses como Mad Men o Boardwalk Empire han traído consigo una pequeña revolución en los estilismos masculinos. «Ahora son más interesantes. Con el vestuario de hombre puedes innovar más; es un campo que aún puede evolucionar y hay mucho por descubrir».

Luz y Fele llevan diseños de Helena Sanchís confeccionados por Sastrería Cornejo.

Foto: Germán Saiz

Gran Hotel.

Helena Sanchís. «Visto a los personajes ‘amables’ con tonos claros»

«Desde los 17 años he trabajado mucho en cine y teatro, pero últimamente hago más televisión. En este medio se aprende mucho, adquieres una gran agilidad porque se trabaja con muy poco tiempo, nunca sabes qué te pueden ofrecer ni cuándo», comenta Helena Sanchís, estilista de Gran Hotel.

En una serie de televisión es muy importante definir bien el producto desde el principio y el vestuario es un elemento fundamental para que el resultado final sea creíble. «Nuestro trabajo comienza reuniéndonos con el director de la producción, el director de arte y el de fotografía. Aquí se marca el lenguaje de todo el proyecto. Luego viene el casting de actores y, más tarde, las pruebas de vestuario», señala.

En el caso de Gran Hotel, una serie basada en la España de 1900, Helena ha tenido que realizar una compleja tarea de documentación y ha estado asesorada por un historiador. «La plástica se inspira en Sorolla. Era una época muy dura en nuestro país, pero la hemos suavizado con los colores y los tejidos de la ropa». Los tonos claros de unos personajes contrastan con los oscuros de otros, para identificar el buen o mal carácter de los protagonistas. «Amaia Salamanca, por ejemplo, siempre viste pasteles, pero Luz Valdenebro, la marquesa, esposa de Fele Martínez en la ficción, tiene atuendos mucho más sobrios». La personalidad también se refuerza mediante los complementos: «Cinturones, guantes o chaquetas nos ayudan a endurecer y encorsetar al personaje».

En cuanto a los tejidos, linos y batistas envuelven a los caracteres más amables, y algodones y sedas gruesas a los más conflictivos. «El objetivo, al final, es que sea creíble», apunta. Helena es la autora del diseño de los principales vestidos de la serie. De la confección se ha encargado Cornejo, una de las sastrerías míticas de cine y televisión, con sede en Madrid y clientes a nivel mundial. «Intentamos mezclar materiales antiguos con nuevos, buscamos encajes, adornos de la época, pasamanería… Me gusta encontrar tesoros en rastros, desde botones hasta un trozo de tela para un puño».

Susana Griso con chaqueta de Cortana, camiseta de Enza Costa para EKS, leggings de Mango y botines vintage de Gucci.

Foto: Germán Saiz

Espejo Público.

Cristina López-Sors: «Los lunes siempre elijo ropa de colores»

«Espejo Público es un programa diario de actualidad en directo. Yo empiezo a trabajar a las siete y media de la mañana. La primera hora es estresante porque solo tenemos 60 minutos para que Susana esté impecable y lista para el directo. Normalmente dejo tres cambios de ropa preparados en el camerino, probamos y elegimos», cuenta Cristina López-Sors, que tras ser escaparatista se decantó por el mundo del estilismo de televisión.

En un magacín matinal la actualidad manda hasta en la indumentaria del presentador. «Dependemos de la noticia del día o del contenido del programa. Por ejemplo, si Susana va a entrevistar a un ministro o a un expresidente, hay que pensar más en el vestuario porque va a ser más visto. Lo que tenemos claro es que los lunes siempre empezamos con algo de color para levantar el ánimo y los viernes terminamos con un look más sport, normalmente con vaqueros».

Por sus manos han pasado desde Matías Prats a Ana Rosa Quintana. De su etapa en informativos en Antena 3 destaca su obsesión por el detalle: «Cuando el presentador es solo un busto, debe estar perfecto. No puedes fallar en nada: el ojal de la chaqueta, los pendientes… Puedes introducir pequeños cambios, pero sin que se note, y eso es también un reto. En el magacín, sin embargo, el público quiere que lo sorprendas: sabemos que una de las cosas en las que más se fija la gente es en la ropa que lleva la conductora del programa».

Cristina reconoce que, en general, no le gusta el estilismo que ve por televisión: «Hay demasiado maquillaje y exceso en el vestuario. Yo soy más clásica, me gustan las mujeres naturales y elegantes. Además, hay que tener cuidado con las prendas y los colores porque la leyenda de que la televisión engorda es cierta. Mejor decantarse por malvas y azules y escotes en pico».