Madame Grès, LA SILENCIEUSE

Madame Grès (1903-1993)

Nombre real: Germaine Emilie Krebs y posteriormente cambió su nombre a Alix

Lugar de nacimiento: París, Francia

“Alix Gres, también conocido como‘Madame Gres’nació Germaine Emile Krebs el 30 de noviembre de 1903 en París, Francia. Estudió pintura y escultura. A principios de 1930 entró como aprendiz a la casa de alta costura de PREMET, donde permaneció por tres meses y aprendió los fundamentos de corte y confección. Durante este tiempo ella cambia su nombre a Alix. Gres trabajó para Couturier Julie Barton quien renombró su casa Alix después del éxito de su talento asistente. En 1937, se casó con Serge Gres Gres Anatolievitch Czerefkow, un pintor nacido Rusia; Alix convertirse en Gres, el nombre por el que es mundialmente conocida. Juntos tuvieron una hija; Anne, que nació en 1939.

En 1934, diseñó un vestido negro de celofán con una capa de color negro-sello-alineados, con la adherencia de corte sesgo que fue fotografiado por el renombrado fotógrafo Hoyningen-Heune, y apareció en la revista Vogue. En 1936, después de regresar de un viaje desde el Lejano Oriente diseñó un vestido de brocado que calificó de “Templo del Cielo”, inspirada en los trajes de danza de Java.

En un principio se quería ser escultor, pero no tuvo éxito. A continuación, se aventuró en la sombrerería, cambiando su nombre a Alix Barton. Su casa de diseño sería conocido como Alix desde 1934 a través de 1942. Ella se dio a conocer mediante el diseño del vestuario de la obra de Jean Giraudoux “No habrá guerra de Troya”, y rápidamente se convirtió en un referente con clientes que iban desde duquesas a estrellas de cine Grace Kelly, Greta Garbo y Marlene Dietrich. En 1942 creó el nombre de gres, un anagrama parcial del primer nombre de su marido en el momento, Serge Czerefkov. The New York Times llamó a su casa de alta costura “el lugar más intelectual en Europa para comprar ropa”.

“Yo quería ser escultor. Para mí, es lo mismo que trabajar la tela o la piedra”Grès dijo una vez. Y es una verdad universalmente reconocida que Grès era de hecho un verdadero escultor de la tela. Su tela favorita era jersey de seda, y un solo vestido podría tomar de 13 a 21 metros. Su talento para el plisado podría reducir de 9 pies de tela en un mero 2,8 pulgadas. El ropaje de sus vestidos también mostró su virtuosismo técnico. guirnaldas de largas tiras continuas de tela se incorporarían en la parte delantera y trasera de un vestido, en su labor una sensación de la antigüedad clásica. También introdujo la idea de recortes, la creación de pequeñas ventanas en sus vestidos que revelaban la espalda o el hombro. Las portadoras de sus vestidos se sentían perfectamente seguras en sus vestidos, tan impecable construidos.

Mientras Grès es más conocido por sus vestidos drapeados Grecianesque, ella también demostró talento en diseños menos formales. Su desgaste diario mostró la misma atención al detalle y la impecable sastrería que hicieron sus vestidos.

Grès tiene una extraordinariamente larga carrera, trabajando hasta finales de 1980. A lo largo de este período, que abarcó enormes cambios en la moda, su trabajo se mantuvo constante y eterno. “Una vez que uno ha encontrado algo de carácter personal y único, su ejecución debe ser explotado y perseguido sin parar,” dijo. Su trabajo sigue siendo atemporal, cualquiera de sus elegantes vestidos podría ser visto caminando por una alfombra roja en la actualidad. Es fácil ver la “extrema pureza” Grès se esforzará en su trabajo.

Legado fashion: Inspirada en la estética griega, su técnica de drapeado y plisado es incomparable. Entendía a la perfección el cuerpo femenino y cada uno de sus vestidos era una oda a la feminidad. Sus creaciones tienen una mezcla de sensibilidad, sensualidad y vitalidad. Sus “cutouts” revelaban la cantidad perfecta de piel (para su época debieron de haber sido escandalosos). Sus gowns podrían lucirse en cualquier red carpet de hoy sin verse anticuados. Diseñadores como Alber Elbaz seguramente encuentran en la discreta, introvertida y reservada Madame Grès a una mentora entrañable.

“No tengo nada que decir, pero todo que mostrar.”